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La moda del ‘Mannequin Challenge’ ha sido utilizada por Unicef para transmitir un mensaje imprescindible de una forma que, al contrario que este tipo de videos que consisten en filmar a la gente totalmente quieta, haga reaccionar.
La ONG Unicef lanzó la semana pasada esta campaña en la que utiliza la popular técnica del video “mannequin challenge” para hacer, una vez más, una denuncia al horror que supone la mutilación genital femenina (MGF) para los millones de mujeres y niñas que la sufren en todo el mundo.
Con el objetivo de remover conciencias, el video hace un recorrido por una aldea de Chad en la que vemos a varias personas “congeladas” realizando diferentes actividades. Finalmente, la cámara se adentra en una habitación en la que una mujer con con una cuchilla en la mano se dispone a mutilar los genitales de otra, que la mira con gesto horrorizado.
Y es que, aunque las cifras exactas no se conocen, al menos 200 millones de mujeres y niñas vivas en 30 países han sido sometidas a la mutilación de sus genitales.
Además de todos los daños psicológicos que esto provoca, en ciertos casos, la MGF puede provocar sangrado prolongado, infección, infertilidad e incluso la muerte de dichas mujeres.
“Al menos 200 millones de mujeres vivas han sido sometidas a la mutilación de sus genitales”
La mutilación genital femenina se refiere a todos los procedimientos que implican la extirpación total o parcial de los genitales femeninos externos u otras lesiones en los órganos genitales femeninos por razones no médicas, sino culturales.
Una completa violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas que, como denuncia Unicef, se sigue practicando a pesar de que la mayoría de ellas no está de acuerdo.
Según datos de Unicef, entre 2010 y la actualidad, la prevalencia de la mutilación genital femenina ha caído un 4%, del 41% al 37% de las niñas.
«Aunque la tendencia es a la baja, el descenso sigue siendo muy bajo y desigual»
En noviembre del año pasado se aprobó en Gambia una ley que consideraba la ablación un delito, y la penaba con hasta tres años de cárcel, multas de más de 1.000 euros (cuando el salario mínimo es de 45), o prisión permanente en caso de que se causara el fallecimiento de la menor.
En un país en el que la ablación afectaba al 80% de las mujeres, según datos de la OMS, esta medida fue un gran paso adelante.
Sin embargo, aunque la tendencia es a la baja el descenso sigue siendo muy bajo y desigual entre los países, y en algunos de ellos el progreso ha sido prácticamente nulo.
Es por eso que Unicef continúa denunciándolo con campañas como esta. Porque como dice el vídeo, en Chad el 50% de las niñas todavía lo sufren, y nos corresponde a todos actuar para proteger los derechos de las niñas y eliminar, de una vez por todas, esta salvaje práctica. Como dice el vídeo, ante la ablación, “No podemos quedarnos congelados”.
Fuente: tomando-conciencia.org
