Batalla de Santa Rosa, una gloria para inmortalizar

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Año con año el país vuelve sus ojos aquel sitio que nos dio gloria en tiempos de adversidad nacional, sitio que año con año es visitado por curiosos, exploradores y conocedores, sitio que sin saberlo enchina la piel de cada costarricense al revivir las hazañas de hombres valerosos que marcaron ésta que es nuestra historia, es ese sitio que cuenta solo una verdad, la idiosincrasia más pura, la verdad de ser costarricense.

En aquel sitio 161 años no pasan desapercibidos, cada segundo, cada minuto forja nuevas historias en el cimiento de lucha y libertad de la Casona de Santa Rosa, sitio de historia, cultura y naturaleza, patrimonio de los costarricenses.

Hoy son otros los que te protegen, nuevos guardianes, servidores de la patria, gestores de nuevas experiencias, protectores de lo intangible, protectores del patrimonio. Son los guarda parques tus siervos, son personajes que nos recuerdan la misión de cuidarte.

Cada 20 de marzo recordarte es vivir, es soñar por los ideales de aquella nación que se nos heredó, es nuestro deber mantenerte en lo alto en honor aquellos que un día sin saberlo, hicieron historia luchando por la libertad de nuestros hermanos.

Santa Rosa, una herencia de nuestros abuelos, no olvidemos la hazaña  que te inmortalizó.*

 

Historia 

La Batalla de Santa Rosa fue un enfrentamiento bélico que ocurrió el 20 de marzo de 1856 en la Hacienda Santa Rosa, Guanacaste, Costa Rica, en el marco de la Campaña Nacional de 1856-1857, y tuvo como resultado la expulsión del ejército filibustero comandado por William Walker de territorio costarricense.

El 20 de marzo de 1856, doscientos ochenta americanos u otros que han adoptado la nacionalidad de los Estados Unidos, al mando del Coronel Luis Schlessinger, del ejército de Nicaragua, se encontraron en la hacienda Santa Rosa, a diez y ocho millas de Guanacaste, en esta República, con un cuerpo del ejército de Costa Rica, compuesto de 600 a 1000 hombres: y en el espacio de 15 minutos, sufrieron una terrible derrota. No se encuentra un hecho semejante en la historia de los ejércitos americanos, a no ser el saqueo de la ciudad de Washington. Todas las ventajas del tiempo y de lugar estaban a nuestro favor; el prestigio del valor americano estaba en riesgo de un golpe; todo contribuía a ganar la batalla; pero ninguna de estas ventajas ni todas ellas juntas, nos libraron de una cruel y vergonzosa derrota.*

 

Fuente:

*Escrito por: Johan Martínez Navarrete. Programa de Ecoturismo-ACG

*Diario «El Nicaragüense», 14 de abril de 1856.

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