PALMAR NORTE. El último imitador de Las Esferas ancestrales. Fin de una era.
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PALMAR NORTE. El último imitador de Las Esferas ancestrales. Fin de una era.

Ruta de la Amistad. CINCO

Todo lo que encierra la historia de Las Esferas en el sur de Costa Rica es misterioso, especial, fuera de lo común. Incluso, en esta era actual, la historia de que un hombre murió imitándolas. Que él, tallando una a una, en distintos tamaños, fue recibiendo diminutos proyectiles que disparaba cada roca con cada golpe.

Llegamos a Palmar Norte buscando ese hombre, Edmundo Mora (en la foto), porque nos contaron que durante años había imitado con maestría algunas de esas 500 esferas de todos los tamaños (hasta superar las 16 toneladas)  que han maravillado desde siempre por su perfección. Pero nos contaron que hacía poco tiempo el artesano había muerto. Pero que un hijo suyo ahora lo imitaba a él…

Un hijo de don Edmundo había seguido con la tradición, según nos contaron . Se llama Farid, a quien encontramos en un rincón de Palmar, alejado del bullicio, y con una mala noticia para nosotros: No siguió con el arte de su padre. Esa tradición murió ahí.

Farid lo hizo porque lo aprendió de su padre, pero llegó el momento de colgar los instrumentos y quedaron  varias de esas esferas en su casa, como un recuerdo…

Pero quedaba una historia inmensa por contar. Al final, hay miles de textos que solo hablan de las preguntas sin respuesta que encierran sus figuras: ¿cuándo fueron talladas? ¿cómo las tallaron y cómo fueron trasportadas de un lado a otro, incluso a una isla?

Farid nos contó entonces cómo su padre lograba esa perfección en estos tiempos actuales, comprobando de paso  que la hechura de cada monolito significaba un sacrificio largo y agotador. En una esfera pequeña gastaba dos días, muchas horas de golpe contínuo..

Está dicho: en torno a las esferas siempre habrá una historia apasionante. Por contar. Y así será siempre…

Por algo el  investigador  Alberto Sibaja escribió que lo  realmente admirable de quienes elaboraron esas esferas es  que no dejaron señales del “cómo, bajo cuál atmósfera cultural y con qué instrumentos sociales y de trabajo las realizaron. Y ante todo, cómo fue posible que estos amerindios del neolítico, desarrollaran hace más de dos mil años el tan abstracto concepto de la esfericidad, mismo que no lograron las grandes civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Siria, Grecia, Roma, etc.”

HISTORIA DE UNAS ESFERAS MISTERIOSAS.

Las primeras fueron descubiertas en 1939, con la siembra del banano.

Una arqueóloga, Doris Stone, llegó a estas tierras en 1940 y pese a su esfuerzo no logro esclarecer su origen. Y aun más: en toda la zona del Diquís, no existen canteras del material utilizado en la fabricación de las esferas. Como para aumentar el misteri

No existe registro de algo igual en el mundo. Sorprende por siempre su cantidad,  algunas de gran tamaño y perfección, y esas alineaciones que formaron sus escultores ancestrales.

Desconocen los arqueólogos el nombre de la civilización que creó las esferas.

La Unesco nombró esa herencia como Patrimonio de la Humanidad. Al final son únicas en el mundo y descansan a la luz de los días en esa llanura inmensa del delta del Diquis, el río, el único que sabe todo, el que sabe mucho de esa misteriosa Península de Osa.

 

 

 

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