PARQUE MARINO BALLENA. Si el gigante asoma la cola, se mueve el universo.
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PARQUE MARINO BALLENA. Si el gigante asoma la cola, se mueve el universo.

Ruta de la Amistad. CINCO.

Un pedacito. Por pequeño que sea. Con eso tenemos. Y si asoma la cola,mejor. Algo de ella es suficiente para estallar de alegría. Y si la ballena sale entera…y si salta. Y si azota la cola contra el mar.

Esa es la aventura de quienes, entre miles, salimos a buscar una ballena jorobada, para ser testigos de su viaje por el océano, conocer esos monumentales animales que viajan desde Alaska unos 8 mil kilómetros, dos veces al año…

Así que si nos deja ver un pedacito de su inmensidad, por pequeño que sea, saltamos de felicidad , aun sabiendo que bajo el agua hay un mamífero que puede alcanzar hasta los 15 metros (las hembras son aún más grandes que los machos).

Todo tiene un ritual en Punta Uvita. El mar tiene su ritmo, la gente  otro. Todos bajo un sol de cuchillos pero todos con una expectativa del tamaño de ese Parque Nacional Marino Ballena, a donde llegamos muy temprano en la mañana.

La tira de tierra que entra al mar y forma por su propio capricho una cola de ballena no se deja ver tan temprano. La marea está arriba, como el mar de gente entre turistas, controles, lugareños y muchachos que con tambores van a celebrar la fiesta patria.

En el mar, la vida...

Más expectativa, mar adentro el corazón se acelera…El hombre de la lancha, tan curtido en estas tareas como tostado por el viento, rompe las primeras olas. Y toma ruta hacia donde ,según dicen, ya vieron el primer animal..

En el mar…

Y principalmente en ese mar, la vida tiene unos  ribetes especiales, entre lo agresivo de las olas contra las rocas, contra nuestra cara, y la quietud de las montañas en la orilla, que tienen todos los colores posibles…y la bruma de la lejanía.

Todos hacemos un esfuerzos descomunales para diferenciar entre una ola y el lomo de una ballena. Y cuando ellas, del tamaño o tipo que sea, salen a respirar, entonces en el mar la vida es felicidad….

Es un momento en el que todos saltamos como niños, gritamos algo, estallamos como si nos fueran a premiar…

Es que ver algo de ella es, por sí mismo, un premio…

Eso es lo que producen estos animales monumentales que llegan a las aguas ticas a parir y criar a sus ballenatos. Casi siempre el recien nacido es el que sale a respirar y entonces el lanchero o la guía alerta que detrás viene la madre…

Ellos, los lancheros o pangueros, las ven desde muy lejos. Una habilidad espectacular que por providencia divina tenía mucho más desarrollada el hombre que comandó nuestra lancha…¡Cómo logran ver  desde lejos una ballena en ese mar alterado…!

Y el intento de entrevista con un mar que no lo dejó tranquilo...

FIESTA CADA AÑO.

Y VAN NUEVE…

La comunidad de Bahía Ballena organiza el Festival de Ballenas y Delfines y en él ponen todo el sudor (literalmente).

El año pasado, unas 5.000 personas llegaron a sus playas. Esta año estaban esperando una avalancha de visitantes, bajo una condición especial: Llevar una botella de agua reutilizable para que le vuelvan a llenar. Porque esta comunidad está decidida a declararse como «zona libre de plástico”. Es que no están dispuestos a perder esa naturaleza que tanto les ha dado….

La prueba está detrás de Rigoberto Vargas…

LA BALLENA DE PLÁSTICO

Ahí está esa ballena de nueve metros de largo y dos metros de alto para crear conciencia . Para que recordemos que para el 2050 existirán más plásticos que peces en el mar. Actualmente, un millón de aves marinas y 100.000 mamíferos marinos mueren anualmente debido a estos residuos.

Pero en este rincón de Costa Rica el reto es tan grande como los animales que llegan cada año, como lo recuerda don Rigoberto:

La historia de este pueblo es como la de cualquier caserío a orillas del Pacífico, a donde se llegaba por trochas imposibles. Doña Elba Montero tiene ese recuerdo muy claro... Por algo ella misma se siente pionera de lo que se ha logrado en esas playas ticas.

Hay historia…

Hay vida…

Y todavía  tienen la oportunidad de oro para disfrutar de un lugar en el Pacífico donde la inmensidad de la naturaleza sale del agua a respirar, y se disfruta cuando se muestra…

Un pedacito, así sea un pedacito de ballena…

 

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