Una mujer que conoció a don Ricardo Neily se encarga de mantener viva su presencia.
El hombre que trazó sus calles y lo imaginó como pueblo, dejó su huella hasta en el nombre. Ciudad Neily es lo que soñó su fundador bajo el sopor de un valle caluroso y oloroso a plantación de banano.Don Ricardo Neily llegó de Líbano a Costa Rica en los años 40 y ancló su vida a una tierra remota, y hoy cada uno de sus pasos está en un museo, delicadamente elaborado, en ese espacio donde casi se escucha caminar.
Flory Chávez Barrantes lo conoció desde siempre y se ha encargado de mantener su recuerdo vivo. Hasta ese mausoleo multicolor que rompe cualquier posibilidad en un pueblo tan pequeño. (Vea GALERÍA: https://vidafm.cr/wp-admin/post.php?post=10593&action=edit)
Y su cama y su ropa y sus fotos, y hasta las pertenencias más simples..¿Por qué un museo? Ella lo cuenta convencida en esta entrevista. ESCÚCHELA AQUÍ:
